Considero que una de las tareas fundamentales de los maestros, educadores y bibliotecólogos es compartir y trasmitir ese disfrute contagioso que nos provocan los buenos libros. También es tarea de los padres, solo es necesario tener ganas y querer los libros -paso fundamental- porque si no, no se trasmite nada.
A veces, en esta sociedad sin tiempo en la que vivimos, es necesario apagar un rato los celulares y hacerse un huequito para contar un cuento sin apuro.
